EL PERFECCIONISMO ES EL ENEMIGO DE LA CREATIVIDAD

Índice

Cuando tenemos miedo a fallar, a no ser lo suficientemente buenos o no estar a la altura, nos escondemos bajo el paraguas del perfeccionismo. 

El perfeccionismo es un bucle, un sistema obsesivo, que hace que te atasques en los detalles de lo que estás haciendo y pierdas de vista el todo.

Cuando somos perfeccionistas dejamos de lado nuestro lado creativo e inspirador, para pasar a retocar aquello que estamos haciendo, de manera que al final acaba careciendo de sentido. En lugar de disfrutar del proceso, nos dedicamos a pensar continuamente en el resultado

No, todavía tengo que darle una vuelta a este guión. 

No, todavía tengo que acabar de dibujar la viñeta de este cómic.

No, todavía tengo que acabar de limpiar esta coreografía. 

El perfeccionamiento no es más que la negativa de dejarte avanzar.

Nos aterra lanzarnos al vacío con una idea nueva o con algo que no tenemos lo suficientemente controlado, y sobre todo algo que no está validado por los demás. 

Pero llega un punto en que tienes que soltar y confiar.

Paul Gardner dijo:

“𝐔𝐧 𝐜𝐮𝐚𝐝𝐫𝐨 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨. 𝐒𝐞𝐧𝐜𝐢𝐥𝐥𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐞𝐬𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬.”

Así es que en el salto al vacío, en el hacer, ya está el éxito. 

Uno es creativo cuando hace. No poniéndose límites en la manera de hacerlo. No te limites en la forma, concéntrate en el fondo. 

EL PERFECCIONISMO TE HACE CUESTIONARTE EN EXCESO 

Ser perfeccionista te hace poner en duda todo el tiempo aquello que estás haciendo. ¿Será lo suficientemente bueno? ¿Que van a pensar de mí cuando lo muestre? ¿Será que estoy lo suficientemente preparado?

Esto te puede llevar por varios caminos, pero ninguno de ellos con salida. Por un lado, te puede llevar a guardarte creaciones que hayas hecho porque no las consideras perfectas y crees que te van a juzgar en el momento en que las muestres. Por otro lado, te puede llevar a caer en la trampa de pensar que necesitas formarte continuamente porque te faltan conocimientos, cuando probablemente ya estés sobradamente preparado.

MEJOR HECHO QUE PERFECTO 

No tengas miedo a sacar tu creatividad a relucir. Eso es precisamente lo que te hace único en tu especie. Tampoco tengas miedo a equivocarte, prueba y confía en ti mismo. 

Imagínate un arquero de tiro con arco que esté totalmente rígido por miedo a no dar en el blanco con su flecha. La sutil tensión de sus músculos va a hacer que esa flecha no alcance el objetivo, paradójicamente por el temor de no alcanzar el objetivo.

Sin embargo, si ese mismo arquero se permite relajar sus músculos, respirar profundamente y soltar la tensión, va a aumentar sus probabilidades de dar en la diana con más facilidad. 

Soy consciente de que una vez que entramos en el bucle de la perfección es más difícil salir, pero te diré una frase que me ha sacado del atolladero más de una vez: 

Mejor hecho que perfecto. 

PERMÍTETE TENER FALLOS

No hemos nacido aprendidos, sino que venimos a este mundo a aprender, y los fallos forman parte del proceso. Sé que eres un profesional y quieres dar lo mejor de tí, pero también somos humanos y por ese mismo motivo somos imperfectos.

La magia reside en la imperfección. Además puede que lo que tu consideres como un fallo, otra persona lo considere algo maravilloso. Date también la oportunidad de ver las cosas con objetividad y desde otro punto de vista.

BUSCA ESPACIOS PARA ENTRAR EN FLOW

Entrar en flow viene siendo fluir con aquello que haces, disfrutar, relajarte con la tarea, alejarte de todo juicio y simplemente ser uno con ella. Ya sea creando una coreografía, escribiendo un párrafo de tu novela o dibujando un personaje en tu cómic. Cuando entras en estado de flow no controlas el espacio ni el tiempo, simplemente fluyes y estás en calma. Diríamos que es una meditación en movimiento. 

Busca espacios para conseguir este estado y sobre todo anula al crítico interno si se le ocurre salir a invalidar algo de lo que estás haciendo. Es tu momento de disfrute y tu obra lo agradecerá.

Recuerda que tú eres un canal por el cual aflora tu arte. 

Permítete ser ese canal. 

PONTE UNA FECHA LÍMITE 

Algo que puedes hacer para frenar el perfeccionismo es ponerte una fecha límite o deadline para acabar aquello que tienes entre manos. Si nos comprometemos a hacerlo en un tiempo limitado nos vamos a concentrar más en acabar la tarea en ese tiempo, que en perfeccionarla. No nos podemos entretener con los detalles. Acuérdate de cuando tenías que entregar un trabajo en el instituto y te dabas cuenta que era para el día siguiente. Te ponías a hacerlo como loco toda la noche anterior para poder llegar a tiempo. 

Si somos artistas freelance y no tenemos que rendir cuentas a nadie de aquello que creamos, vamos a tener que ser “nuestros propios jefes” y rendirnos cuentas a nosotros mismos. Es decir, vas a tener que respetar los tiempos que te has propuesto cumplir. Aunque esto, en la práctica muchas veces es más difícil porque nos damos cuenta que somos unos jefes demasiado flexibles o demasiado estrictos. Está en ti poder alcanzar un equilibrio razonable entre estas dos vertientes. 

CAMBIA EL PERFECCIONISMO POR LA CONSTANCIA

Otra cosa que puedes hacer es cambiar el perfeccionismo por la constancia. El perfeccionismo se trata de revisar y revisar, rehacer sobre lo ya hecho. La constancia es hacer un poquito cada día pero regularmente, de esta forma vas a ir mejorando la calidad de lo que haces, pero no vas a sentir esa presión que te provoca el perfeccionismo de querer que sea lo mejor. 

UNA HISTORIA PERSONAL 

Recuerdo una vez cuando era niña, que tuve que hacer una actuación de baile en mi pueblo, de una canción que llevábamos semanas ensayando. Nos sabíamos la coreo a la perfección, pero cuando llegó el momento de empezar, el técnico de sonido se equivocó de canción, y durante unos segundos, nos puso una que no era. Se dió cuenta de su error e inmediatamente después puso la canción correcta y pudimos hacer nuestra actuación. La verdad es que fue una actuación que nos salió muy bien y en la que disfruté muchísimo, pero al llegar a casa y estar a solas con mi madre, me derrumbé llorando desconsoladamente porque desde el principio, las cosas no habían salido como yo quería.

Reflexionando sobre esto, le estaba poniendo más atención a los errores que a los aciertos. Estaba olvidando todo lo que había supuesto la actuación en sí y por mi exceso de perfeccionismo, me acabé centrando en aquella minúscula cosa que acabó por “arruinar” mi momento. 

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR 

Como punto final te propongo algunas preguntas que te van a ayudar a entender y desenmascarar que hay detrás de tu perfeccionismo.

¿Qué quieres conseguir con el perfeccionismo?

¿Para qué estás queriendo ser perfeccionista?

¿Qué consecuencias te está trayendo ser tan perfeccionista?

¿Cuándo vas a saber que tu obra está perfecta? 

¿Cómo vas a saber cuando parar de perfeccionarla? 

Si nos paramos a responder estas preguntas, vamos a encontrar el verdadero motivo por el cuál somos tan perfeccionistas. Verás que vas a sentir un gran alivio, porque cuando sabemos lo que nos pasa, podemos comprenderlo y entonces desde ahí llegar a cambiarlo.

Victoria Irlandés

@coaching_para_artistas