EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR EN LOS ARTISTAS ¿Qué hacer para solucionarlo?

Índice

¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR?

¡Hola artista!

¿Cuántas veces has escuchado hablar del síndrome del impostor y te has sentido identificado?
El síndrome del impostor es más habitual de lo que crees, se da en todas las profesiones y ámbitos, pero especialmente en el sector artístico.
Si nos vamos a la definición exacta, dice así:

“Fenómeno psicológico en el que la persona se siente incapaz de internalizar sus logros y sufre un miedo persistente de ser descubierta como un fraude”

 

EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR EN LOS ARTISTAS

Si nos centramos en el sector artístico, el sentirnos “impostores” se multiplica, ya que solemos tener profesiones no estándares y no reconocidas socialmente, por lo que esto puede contribuir a agravar la situación.

No es lo mismo ser un administrativo con el síndrome del impostor que un músico.
El administrativo estará totalmente validado por su entorno al ser una profesión estándar y “respetada” a pesar de que él puede que no valore su labor, sin embargo en el caso del músico hay grandes probabilidades de que el entorno lo cuestione, con el agravante de que él mismo ya se sienta un impostor en su ámbito.
Todo suma.

Un ejemplo podría ser una conversación aparentemente inocente entre amigos que hace mucho que no se ven:

– Hola Miguel, qué tal ¿cómo estás? ¡Cuánto tiempo! ¿Qué es de tu vida?

– ¡Pues muy bien la verdad! Entre muchos otros cambios, estuve estudiando teatro y ahora soy actor.

– Ah que bien, que divertido… y ¿a qué te dedicas?

– ….

 

TENER MIEDO A SER DESENMASCARADO EN CUALQUIER MOMENTO

Conversaciones surrealistas a parte, otro de los indicativos del síndrome del impostor es que esa persona tiene miedo a ser desenmascarada en cualquier momento.
Podríamos decir que los “impostores” tienen dudas acerca de sus habilidades y creen que se deben a factores externos como la suerte o a que los demás los sobrevaloran injustificadamente.
Imagínate, por ejemplo, que te dan un pequeño papel en una serie y te sale bien.

Hasta aquí todo perfecto, pero tu cabecita dice: Ah, tampoco era para tanto, era un papel pequeño, ya veremos que pasa la próxima vez.

Así son los pensamientos que tenemos con el síndrome del impostor.

Es decir, crees que las cosas que te han salido bien han sido por un golpe de suerte o porque se han alineado los planetas en ese momento (no se te ocurre pensar que es por lo sobradamente preparado que estás)

 

EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR TE LIMITA A TRABAJAR POR DEBAJO DE TU POTENCIAL

Una de las consecuencias que tiene padecer el síndrome del impostor, es que eres incapaz de correr riesgos y no te atreves a dar más valor a tu trabajo, ya que temes no estar a la altura. Así que te limitas a trabajar por debajo de tu potencial.

En este caso podríamos pensar en una persona que por su experiencia y formación, está totalmente capacitada para hacer un papel protagonista, pero por el miedo a hacerlo mal o no creer estar a la altura se conforma con el de actor secundario.

En resumidas cuentas, cuando te crees impostor, no te permites correr riesgos, ni te atreves a hacer cosas distintas de las que ya sabes, a dar rienda suelta a tu creatividad o a probar o dar ideas nuevas.

 

IDENTIFICARSE CON EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR

¿Te sientes identificado con todo esto que te cuento?

Déjame decirte en primer lugar, que es totalmente normal, tendemos a valorarnos por debajo de nuestras capacidades y más del 70 % de la población lo ha experimentado.

Se suele dar en personas muy autoexigentes, que tienen una gran responsabilidad con los demás y especialmente en mujeres. En segundo lugar, es algo que tiene remedio, hay muchas cosas que puedes hacer para solucionarlo y empezar a valorarte como te mereces.

 

 

6 TIPS PARA CONTRARRESTAR EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR

 

Da las gracias cada vez que te hagan un cumplido y cree que realmente lo mereces

Cuando sufrimos de impostores tendemos a sonrojarnos o a quitarle peso cuando nos hacen un cumplido o nos dan la enhorabuena por algo.

Te comportas así porque piensas que lo que has hecho puede hacerlo cualquiera, que no es para tanto o simplemente que no ha supuesto ningún esfuerzo para ti hacerlo.

Esto no quiere decir, que porque a ti se te de fácil hacer algo, esto no tenga ningún valor.

Acostúmbrate a aceptar y a reconocer los halagos que recibes.

Reconoce y celebra tus méritos

Celebrar es algo súper importante que muchas veces pasamos por alto.

Vivimos en una sociedad ultra productiva que ha establecido como dinámica querer conseguir algo todo el tiempo.

El problema es que cuando por fin conseguimos ese hito, no lo celebramos lo suficiente, le quitamos valor y enseguida pasamos a “preocuparnos” en conseguir otra cosa.

Acuérdate de celebrar, disfrutar y recordar tus logros de vez en cuando, de esta manera vas a ser consciente de todo lo que has ido consiguiendo a lo largo de tu trayectoria.

Y esto va a darte, además, más confianza en ti.

 

 

No te compares con otro ya que probablemente, vas a salir mal parado

“Las comparaciones son odiosas “ y aquí es totalmente cierto el dicho, ya que cuando nos comparamos tendemos a ser muy subjetivos y poco favorables, es decir vemos las cualidades del otro y menospreciamos las nuestras.

Por ejemplo, si estás empezando a jugar al fútbol, no tiene ningún sentido compararte con Leo Messi, a no ser que lo hagas desde la admiración.

Es decir, en el caso de que no puedas evitar hacer una comparación con alguien, intenta que sea siempre ante una persona que consideres referente y admires.

Esto va a hacer que tengas un extra de motivación para poder mejorar en tu profesión.

Por otro lado, también puede ocurrir que cuando nos comparemos miremos a la otra persona desde la envidia, pero esto solo te va a llevar a generar un bucle de pensamientos negativos y a tener malos hábitos emocionales.

No es para nada recomendable.

Un TIP que puedo aportarte para evitar la comparación y que va muy en línea con lo que vivimos hoy en día es limitar tu uso de las redes sociales.

Puede que de forma personal no las uses, pero probablemente por trabajo tengas que hacerlo. Así que ya sabes que estas aplicaciones se dedican a mostrar la vida de las personas 24/7.

El problema de las redes es que estamos acostumbrados a ver los triunfos o la mejor cara de los demás a través de nuestro móvil y eso te puede generar un exceso de frustración.

La realidad es que en redes se tienden a publicar los éxitos y a esconder los fracasos, y esto genera la falsa sensación de que todos tienen vidas perfectas y que les va mucho mejor que a ti.

Evidentemente esto no es para nada cierto, pero si te genera malestar y te lleva a la comparación, deja de seguir a ciertas personas o limita su uso.

 

Pon límites a la autoexigencia

Cuando sientes que no estás suficientemente preparado vas a tener adicción por las formaciones o vas a trabajar horas de más para conseguir un objetivo con el que estés realmente satisfecho.

El problema de la autoexigencia es que nunca tiene fin. Siempre hay algo que perfeccionar y pulir.

Por eso te diré una frase que a mi me ha ayudado muchas veces :

Mejor hecho que perfecto.

 

Analiza tu situación desde el exterior, como si evaluases a otra persona objetivamente

Date cuenta que cuando despersonalizamos una situación y vemos las cosas desde fuera cambia totalmente nuestro punto de vista.

Por eso, un truco que te propongo es verte a ti mismo como si fueras otra persona.

¿Verdad que si vieras a un amigo tuyo, si reconocerías sus logros y juzgarías de otra manera su progreso?

Cuando vemos la situación desde afuera, somos más objetivos y por lo tanto podemos ver las cosas con más claridad.

 

Trata de comprender de raíz el problema

Es decir, trata de indagar en el origen de esta desvalorización en ti.

Puede que te venga por situaciones anteriores en las que no te valoraron lo suficiente, con tus amistades, familia o en otros entornos laborales. O quizá tengas falta de confianza por algún suceso desafortunado que te ocurrió en el pasado.

Muchas veces cuando comprendemos la raíz del asunto, nuestra cabeza hace un click, aceptamos la situación y a partir de ahí podemos cambiarla.

 

 

Como ves, trabajar con el síndrome del impostor requiere de paciencia y constancia, pero no hay nada que no tenga solución.

Igualmente en mis sesiones de coaching es un tema que aparece de forma muy recurrente y que solemos abordar para que el artista vuelva a valorarse como se merece.

Sea como sea, espero que este artículo te haya servido de ayuda, y si lo deseas, estaré encantada de atenderte mediante una consulta.

Un gran abrazo artista

Victoria Irlandés
@coaching_para_artistas